Tengo 31 años, pero llevo casi 10 aprendiendo a ser mujer; cada día, cada etapa me ha mostrado que ser mujer ha sido una conquista y no una condición biológica.
Ser mujer me hizo ver el mundo con otros ojos. Lo vi de adolescente cuando mi cuerpo empezó a cambiar; cuando mis chichas eran más objetos de bromas y morbosidades para los hombres y pena para las mujeres.
Ninguna de nosotras nos atrevíamos a preguntarles ¿cómo les iba a ellos con los sueños húmedos y si su pene estaba creciendo o no?
Lo viví en mi etapa universitaria cuando queriendo llevar la vida “en equidad” me fui a conversar sobre un libro interesante con mi profesor y me intentó tocar. Mismo que sí es capaz de hacer presentaciones de libros y pensamientos “ideológicos” con sus compinches hombres.
Lo viví tratando de dar mis primeros pasos de comunicación y encontrarme acosadores de las “novatas” y carnita fresca. Ofreciendo fama a cambio de acoso.
Lo vivo como treintona cuando se empieza a suponer cuál debe ser mi condición de vida, cuántas arrugas debo o no tener, qué digo, qué hago y qué pienso.
Esta es solo una pequeña parte; ¿le has preguntado a las mujeres a tu alrededor qué ha significado para ellas ser mujer?
Aunque mis condiciones son válidas existen miles de mujeres quienes han descubierto con amargura la realidad de ser mujer en este mundo; mujeres que han muerto y otras han sido asesinadas; golpeadas, violadas y humilladas.
A veces nos sale caro descubrir que somos mujeres.
Espera…
No tenemos miedo de ser mujer; estamos llenas de vigor y de gloria porque nuestras ancestras lucharon por nosotras. Tenemos la oportunidad de hablar, escribir y sobretodo de pensar sin culpas porque venimos de un linaje de rebeldes, brujas y heroínas que murieron para multiplicarse en cada una de las mujeres que luchan.
No queremos más muertas ni heroínas, nos queremos vivas todas, con vidas dignas y justas. Gestoras de nuestra libertad desde cualquier condición que enfrentemos.
El 8 de marzo es un recordatorio que en cada pedazo del planeta cada mujer está dejando huella y quitándole al mundo lo que nos pertenece. Y sí, debería existir para recordarles que somos muchas
Una respuesta a “¿Debería existir el 8 de marzo?”